Hola navegante virtual, bienvenido a este espacio. Este lugar no muestra nada nuevo y mucho menos pretendo que se considere como arte, aunque quizá sí muestre otra visión de lo viejo, mi visión. Hay tantas formas de ver las cosas como personas pueblan este planeta. Muchas de ellas pueden ser parecidas o incluso idénticas, no tienes por qué coincidir con la de mi ojo izquierdo (con el que miro a través del visor para realizar las fotografías). Espero que algo de lo que veas aquí te guste, te llame la atención o al menos no te deje indiferente. Si te da la impresión de que no hay nada que siga un orden, que no hay estructura y de que está todo mezclado es porque soy así, no puedo evitarlo. Cada uno hacemos o vemos las cosas de un modo y este es el mio
6 comentarios:
Por una parte, ¡Que sensación de frío!
Por otra, Que "silling" más apetecible.
Y por último, esos brillos metálicos me encantan, no puedo dejar de mirarlos.
¿Conoces a la persona de la ventana?
Jejeje pues frio ninguno, sólo el calabobos -yo me calé ;) -
Ni idea de quienes son, sólo aparté la vista de la Catedral, miré hacia atrás y me encontré con esa estampa.
La foto, como todas tus, es muy bonita. Puedes verla a través de la ilusión que conduce a entrar y tomarte un café; con la tristeza nostálgica que te sacude al marchar; con la mirada al paso de una mujer literaria; con el cansancio del paseante que no es capaz de sentarse sobre las altas torres de sillas...
Has de saber que, como tú, nunca podré retratar como tú lo haces, nunca tendré ese don que tú tienes, pero has de saber que teniéndo este blog en el que mirarte puedo dejarme llevar, aunque, en el fondo, a mi, me la reflanflinfla, porque te tengo a ti que es más importante que el tú.
El Poeta ESV.
...
La plaza de la victoria
vino desde "Las Vistillas"
...y los paseos,...y el fauno,
...y los bancos,... y las sillas.
...
Estas sillas bien podrían ser como aquellas.
Un beso mjt.
V.S.
¿sabes que cada vez que leo aunque sea una frase de ese poema se me mete algo en los ojos?
Nadie riega la pradera, nadie recorta los setos, nadie poda los rosales,
ya sólo se escucha el viento repitiendo, día tras día,
tu nombre en el firmamento
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